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El origen exacto del primer poncho es difícil de determinar, ya que prendas similares han sido utilizadas por diversas culturas en diferentes partes del mundo a lo largo de la historia. Sin embargo, en el contexto de América del Sur, se cree que los primeros ponchos fueron utilizados por las poblaciones indígenas que habitaban la región de los Andes, incluyendo a los Incas y otras culturas precolombinas. Estas primeras versiones del poncho eran tejidas a mano con lana de alpaca o llama, y cumplían funciones tanto prácticas como simbólicas. 

El simbolismo detrás del poncho es profundo y multifacético. Más allá de su función práctica como protección contra el frío y la intemperie, el poncho representa la conexión del hombre con la naturaleza y con sus ancestros. Tejido a mano con técnicas ancestrales transmitidas de generación en generación, cada poncho es una obra de arte única que refleja la destreza y el conocimiento de los artesanos que lo crearon.


Además de su valor artesanal, el poncho también es un símbolo de identidad cultural y pertenencia. En muchas comunidades indígenas de Suramérica, el diseño, los colores y los patrones del poncho están intrínsecamente ligados a la historia, la mitología y las creencias de cada grupo étnico. Usar un poncho es afirmar una conexión con la tierra, con los antepasados y con la comunidad a la que se pertenece.

Diseño y materialidad

Poncho Andino: El más conocido y usado en toda la región andina de América del Sur, que incluye países como Perú, Bolivia, Ecuador y partes de Colombia y Chile. Suelen ser tejidos a mano con lana de alpaca o llama y presentan diseños y colores, característicos que reflejan la identidad cultural de cada comunidad.

Poncho Ruana: Originario de Colombia, es un tipo de poncho que se caracteriza por ser más largo en la parte delantera y trasera que en
los laterales. Suele ser hecho de lana y puede tener un cierre en el frente para mayor comodidad. Es especialmente popular en las regiones montañosas y frías de Colombia.

Poncho Mapuche: Utilizado por el pueblo Mapuche en Chile y Argentina, este poncho se distingue por su diseño y patrones geométricos. Generalmente tejido con lana de oveja y tenido con tintes naturales, es una expresión de la rica tradición textil de esta cultura indígena.

Poncho Mexicano: En México, los ponchos son parte integral de la vestimenta tradicional en varias regiones del país. El poncho mexicano puede variar en diseño y materiales según
la región, pero a menudo está adornado con bordados coloridos y patrones tradicionales.

Poncho Gaúcho: Originario de Argentina, Uruguay y partes de Brasil, es una prenda distintiva de los gauchos, los vaqueros de la región de las pampas. Por lo general, está hecho de lana tejida y se usa sobre los hombros como protección contra el frío y la lluvia durante las largas jornadas de trabajo en el campo.

En hilos de historia y tradición,
se teje el poncho con devoción.
De los Andes a la Pampa extensa,
su tejido guarda la esencia.

Con lana suave de alpaca o llama,
se entrelazan sueños sin drama.
En cada hebra, un cuento se esconde,
de ancestros que al viento responde.

Bajo el sol ardiente o la lluvia fina,
el poncho abraza y nos fascina.
Protege del frío y del viento cruel,
con su abrigo, el alma se siente fiel.

En cada color, en cada trama,
resplandece la esencia del alma.
Es más que una prenda, es un legado,
de culturas que han perdurado.

En las fiestas, en el trabajo diario,
el poncho es símbolo solidario.
Une comunidades con lazos de amor,
reflejando la fuerza del interior.

Así, tejido con manos expertas,
el poncho celebra nuestras tierras.
Con su belleza y su noble función,
honra la vida, la historia y la unión.