La fuerza de Oropéndola son los artesanos. Sus manos hablan de la experiencia y el honor del oficio; las historias de sus vidas narradas trenzadas en cada hilo representan la fuerza y la pasión por su labor artesanal.
Las artesanas Qom (que los criollos mal llamamos Tobas, término que de todos modos hoy han resignificado) de Santa Fe migraron de Chaco en distintas olas desde fines de los años 80.